Poco a poco uno va coleccionando pequeñas piezas en el taller que no sabe muy bien cómo guardar. Me refiero a todos esos tornillos, clavos, tuercas, arandelas, brocas, bisagras, cerraduras … que parecen desordenarse, mezclarse y esconderse solas. Y es que aunque intentemos mantener el orden y tener todo bien guardado en recipientes de plástico, cuando usamos algo muy difícilmente lo ponemos en el mismo sitio que lo teníamos. Otra es buscar antes lo que necesitamos, abriendo pequeñas cajas de plástico, estuches, maletines… hasta encontrarlo debajo de vete tu a saber que o en el fondo de donde.
Paseando por internet me encontré una idea curiosa y que parece bastante útil: guardar las piezas que más usemos en tarros de cristal, que al ser perfectamente transparentes se puede ver claramente lo que hay dentro.
No se trata de tener tarros de cristal amontonados en estantes, sino de atornillar la tapa metálica en la parte de abajo de la tabla del estante y así tenerlos colgados. Evitamos de esta manera que estén sueltos pelándose con todo lo que pongamos a su alrededor en el estante y somo su sitio siempre estará accesible será sencillo dejarlos en su lugar. Lo peor de la idea: el riesgo de que rompan (mantén los niños alejados). Espero no romper ninguno golpeándolo con un listón de madera. Si es así pondré la foto.
Si es que los botes de cristal dan para muchas tares de bricolaje. ¿Viste ya cómo hacer una lámpara con unos tarros de cristal?
