Hace un tiempo me compré un cepillo de moldurar en un anticuario. Es uno de esos cepillos de carpintero con una moldura en la base y una cuchilla con la misma forma de la moldura. Estos cepillos de carpintería no suelen estar en muy buen estado, así que pensé que no valdría más que para adornar.
El caso es que un día en una ferretería encontré una piedra de afilar gubias (una piedra de afilar multiforme) y pensé que con las formas que tenía esa piedra podía probar a afilar la cuchilla del cepillo de moldurar. La verdad es que las de buena calidad no son fáciles de encontrar, pero por suerte se pueden comprar online en ferreterías especializadas.


Lo que hice fue retirar la cuchilla (el hierro) y le limpié el óxido con una lija para metal. Y después, con un poco de paciencia fui afilando la cuchilla aprovechando las formas que tienen estas piedras de afilar. Poco a poco, adaptando las distintas zonas curvas de la piedra a las zonas curvas de la moldura de la cuchilla, y haciendo lo mismo con las zonas planas de la piedra de afilar y las zonas planas de la cuchilla, conseguí afilar lo suficiente como para pensar que igual conseguía sacar alguna viruta con este cepillo antiguo.

Con una tabla bien sujeta verticalmente en el tornillo de banco puse el cepillo sobre el canto de la tabla apoyando el saliente lateral del cepillo contra el borde de la tabla, y empecé a cepillar. Tuve que empujar el cepillo con decisión, y al principio las virutas se atascaban en el cepillo, pero poco a poco la moldura en el canto de la tabla se fue revelando. Y si habéis trabajado con cepillos de carpintero sabréis que se puede conseguir una terminación en la madera que no se consigue por mucho que pasemos la lija.


Ahora tengo otros cepillos de madera antiguos, y quizás me anime a afilarlos y a probarlos, pero no se si me atreveré a hacer un proyecto completo con ellos.
Al menos ahora se que los puedo afilar, aunque necesitaré un poco de paciencia. Lo mismo que cuando necesito afilar formones con la guía de afilar. Si intentamos afilar con prisas es muy posible que no consigamos un filo de corte lo suficientemente afilado.

