Bancos de trabajo plegables

Los mejores bancos de trabajo plegables deben ser ligeros y fáciles de plegar y desplegar, pero resistentes y lo bastante rígidos y estables como para poder trabajar de forma cómoda y segura. Pero ten en cuenta que nunca van a ser tan estables como un banco grande más pesado.

Básicamente, son la combinación de un banco de trabajo, un caballete y un tornillo de apriete de banco de carpintero. Todo en uno y plegable. Además se les han ido incorporando funciones como la altura regulable (el primer modelo comercial tenía dos alturas) y tablero inclinable.

La gracia de los bancos de trabajo plegables no es solo que son fáciles de llevar al lugar en el que vayamos a trabajar y que son fáciles de guardar cuando no los necesitamos, la gracia es su típico y curioso tablero dividido que funciona como mordaza gracias a la acción de unas manivelas.

Nuevas características de los bancos de trabajo modernos

Los modelos que se fabrican actualmente tienen los tableros fabricados de distintos materiales, desde derivados de la madera, combinaciones de plástico y metal e incluso bambú. En algunos casos se venden con una tercera tira de tablero para que este sea más amplio cuando sea necesario.

Las mordazas en ocasiones permiten un movimiento no paralelo para apretar piezas irregulares. E incluso se vende al menos un modelo de mesa de trabajo plegable que permite poner verticalmente uno de los tableros para tener una mordaza que aprieta verticalmente.

Para hacerlos más funcionales, los fabricantes juegan con las formas de los topes de plástico de estos bancos de trabajo para que estos topes de banco se adapten mejor a las distintas piezas de trabajo y también las sujeten mejor. O para poder apoyarlas encima para trabajar en ellas o para pintarlas. Así que a la hora de elegir uno también es interesante fijarse en dichas piezas.

Breve historia del banco de trabajo plegable

El banco de trabajo plegable entró con fuerza en el mercado del Reino Unido, y visto el éxito seguidamente en el americano, a comienzos de los años 70 del siglo pasado.

El éxito de estas pequeñas mesas de trabajo ligeras empezó cuando Black and Decker se fijó en el curioso diseño ideado por su inventor Ron Hickman, llegó a un acuerdo con él y adaptaron el invento para poder comerciarlo como el Workmate, un pequeño banco de trabajo multifuncional que ocupa un peldaño bien alto en la historia del bricolaje casero.

Por supuesto Hickman obtuvo un gran beneficio económico del acuerdo, incluyendo una comisión por cada Workmate vendido, y hasta la fecha se han vendido millones. Aún hoy en día Black and Decker y Stanley (actualmente la misma empresa) venden bancos de trabajo plegables similares a aquel primer modelo.